Jairo Arce Mairena. Aporte de la pastoral ecoteológica para una espiritualidad creacional

CAPÍTULO VII

 “La creación es obra del Libertador. La liberación abarca a todo el cosmos. El cosmos no es exclusivamente espacio vital de los hombres. La creación no existe para nosotros sino con nosotros y nosotros en ella”.

Uwe Martini

UNA PASTORAL ECOTEOLÓGICA DEBE partir de ese principio de Uwe Martín: “La creación no existe para nosotros sino con nosotros y nosotros en ella”. Eso significa que los paradigmas androcéntricos y antiecológicos que llenaron nuestra teología y pastoral cristiana se encuentran desfasados ante la crisis medioambiental, la que ayudó a descubrir la vulnerabilidad y pequeñez del ser humano ante la Madre Naturaleza. Estamos viviendo el tiempo que la naturaleza debe recuperar su dignidad que Dios le dio desde un principio: un jardín precioso con equilibrio de todas sus energías, materia y ecosistema.

Desde ese enfoque urge pensar nuevamente en la teología y la pastoral desde lo ecológico. Teología y pastoral son dos conceptos que están obviamente implicados, y a la vez cada uno tiene un carácter específico en su relación mutua desde diferentes y diversos énfasis. ¿Qué podemos decir sobre la pastoral como categoría teológica fundamental con enfoque ecológico?

Hay una legitimidad teológica de la pastoral y se podría decir que está fundamentada en el conjunto de la teología. Toda teología que no tiene su práctica pastoral será elucubración mental desencarnada. La pastoral tiene que ver con la capacidad de mostrar el carácter razonable de la fe medida por la teología en su dimensión pastoral.

Recientemente la teología pastoral está cambiando tanto en el campo católico como protestante. Se trata de la posibilidad y búsqueda de elaborar una teoría teológica para una práctica coherente con la vida en su concepto más integral.

Lo pastoral apunta, promueve, defiende su fundamento en la recreación y plenitud de la vida y toda acción pastoral se ve confrontada con y en todas lo que conciernen a la calidad de vida, a la vida humana en el mundo y cósmica, es decir, a una espiritualidad holística de salvación humana creacional.

  1. La práctica pastoral no se da en el vacío.

Primero partimos diciendo que lo teológico pastoral no ocurre en el vacío, no es privilegio de una elite que controla desde sus visiones la vida religiosa y que la teología que solo se piensa y reflexiona académicamente carece de contenido y de impacto. La teología pastoral debe encarnarse en la realidad social, económica, política, cultural, reflexión sin acción es ejercicio intelectual inoperante reflexión-acción reflexión, se encarna en toda lo que tiene vida para transformarlo.

Lo ecológico tiene que ver radicalmente con la relación e interrelación de todo lo que tiene vida. La práctica pastoral debe ser radicalmente ecológica, esto significa no solo saber las consecuencias sino las causas profundas de la destrucción de la vida humana en general, y la lucha por restablecer la comunión y el Shalom de Dios para la humanidad.

No existe el ser humano solo, fuera de la sociedad y del medio ambiente, el ser humano, la sociedad y el medio ambiente establecen una relación ecológica profunda.

Lo pastoral trata con el ser humano y su entorno la vida social, cultural, política, económica, religioso, no se trata de salvar solo una parte del ser humano, ni salvar al hombre, sino salvar su entorno, su realidad, sus relaciones, su comunión, producción, procreación, recreación, correlación del mundo de Dios; es la salvación de todo lo creado que no existe sólo, está relacionado e interrelacionado con el aire, el sol, el agua, la tierra etc. Leonardo Boff dice:

“Sin los elementos de la naturaleza de la que es parte y parcela sin los virus, las bacterias, los microorganismo,  los  códigos  genéticos  y  los elementos químicos primordiales no existiría la ciencia doméstica, la ciencia del hábitat humano”.[1]

Somos seres ecológicos, la conciencia exegética trata de construir al ser humano y la creación en la totalidad de la comunión que le permite amar la vida, y la creación integral y total.

La pastoral debe empujar una agenda misionológica del medio ambiente en los diversos contextos de personas, familias, comunidades, pueblos, naciones y el planeta en general. Proponemos las siguientes pautas pastorales:

1.      Una pastoral enfocada a mantener el equilibrio entre energía solar y materia.

Primero, seguir hablando de vida sustentable en la tierra haciendo énfasis al equilibrio que debe haber entre energía solar y materia, en donde se encierra el secreto de la hermosa creación de Dios. Los cristianos estamos llamados a la misión de mantener ese equilibrio que ya está siendo violentado por el mismo ser humano, principalmente por los países capitalistas que abusan del uso de los recursos naturales. ¡No habrá vida sustentable de la vida si el equilibrio desaparece, con él desaparece la vida planetaria!

Los seres humanos pueden fácilmente perturbar ese equilibrio y empujar a nuestro planeta hacia la sobrecarga y el desastre. De hecho, es exactamente lo que ha sucedido a lo largo de los siglos de la existencia humana en la tierra. Podemos encontrar la causa de este desequilibrio destructor en el pecado, la desobediencia a los mandamientos de Dios, la negligencia de sus recomendaciones, el fracaso en amar y respetar su creación, el uso descuidado, egoísta e irrespetuoso de los recursos del planeta.

La crisis medioambiental, que los científicos han venido percibiendo por muchos años, ya no consiste en una serie de escasez y contaminación local. Su impacto es global y universal, lo cual exige una atención concertada a escala mundial, internacional. Si pensamos en una pastoral ecológica debemos pensar en este mismo alcance. Es urgente una pastoral con una misión transcultural de la ecología que reúna los diversos sectores del cristianismo en el mundo. Pero no limitarse a una religión, porque las implicaciones son tan graves del medio ambiente que exige un ecumenismo ecológico para salvarnos todos y todas.

Frente a este reto, los cristianos debemos reconocer la necesidad de desarrollar conciencia medioambiental para incorporarla a la misión mundial de la iglesia. Desde esta perspectiva misionológica y pastoral de W. Dayton Robets [2], debemos de prepararnos para:

  • Modelar un estilo de vida de moderación y preocupación por los sectores empobrecidos, viviendo como Jesús viviría entre nosotros hoy. Una vida que no participa de la vanidad del sistema globalizado que ofrece la felicidad a costa de la muerte del planeta tierra. En un mundo donde los líderes cristianos hablan de prosperidad, nosotros hablemos de austeridad y cuido del medioambiente. La mejor prosperidad que tenemos es la Madre Tierra que hay que cuidarla para que preservemos la vida junta a ella.
  • Apoyar programas de desarrollo transformador sostenible que fortalezcan la conciencia ecológica, los principios e iniciativas favorables para el medio ambiente. Se trata de pasar de la teoría a la práctica, porque de ecología se ha dicho mucho, pero falta por hacer múltiples cosas que llevará mucho tiempo en cumplirlas, porque la crisis ecológica es producto de varios siglos.
  • Reconocer el vínculo anunciado en la Biblia entre justicia social y la fructificación de la tierra, y cambiar las políticas, estructuras y prácticas destructivas que caracterizan nuestras culturas y gobiernos. El anuncio es de contenido profético, porque denuncia no sólo a los destructores, sino también a los pasivos y a los que viven a costa del discurso de la naturaleza, porque hay muchas organizaciones y personas que ejecutan recursos en acciones burocráticas supuestamente para tomar decisiones sobre el medio ambiente, pero lamentablemente han caído en la bajeza de la burocracia.
  • Es de suma urgencia incorporar procesos de capacitación a ministros, misioneros y líderes eclesiales, para que amplíen su comprensión sobre la crisis ambiental y la elaboración de una propuesta de un trabajo pastoral de la ecología cristiana. En ese sentido planteamos una pastoral ecológica que se construya con la gente, porque estamos más que seguro que las pastorales de escritores no funcionan. Por lo tanto la participación, protagonismo y comunicación de todos los sectores cristianos a favor de la ecología generará impacto satisfactorios para el bienestar ambiental.

La misión ecológica desde esa pastoral planteada por W. Dayton Roberts, se transforma en una vida profética ante las demagogias y prácticas burocráticas de organizaciones y gobiernos, que en nombre de la ecología se enriquecen, peor, la crisis ambiental se agudiza. Es posible que esta misión ecológica también traiga muchos mártires, de personas capaces de denunciar las estructuras que destruyen a la Madre Tierra.

Notas

[1]              Juan Navarrete Cano, La eco-teología de la creación de Leonardo Boff, In: Palabra y Razón ISSN 0719-2223 n°1 Julio de 2012 Universidad Católica del Maule.

[2] W. Dayton Robets, Como un Vestido. Medio Ambiente y Misión en el Siglo XXI. 1ra. Ed., San José, Costa Rica, Visión Mundial, Pág.199-200.

Fuente: Arce Mairena, Jairo Denis. (2014). Espiritualidad y Ecología: en búsqueda de la armonía total. Managua: CIEETS.

 

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